MI VENTANA

Mi ventana


Aquel pescador no perdía 
la esperanza de pescar 
una sirena, aun sabiendo 
que las sirenas no existen. 
Y es que a veces nos 
empeñamos en esperar 
cosas imposibles.

 Alí Babá presumía de 
un equipo de cuarenta 
ladrones. Hoy, Alí Babá, 
tendría que enfrentarse 
a la competencia bestial 
de “algunos” políticos.
 ¿
Hay algo más hipócrita, 
y más falso consigo mismo, 
que un político en campaña?
Y lo peor… ¿tan bobos 
somos, para ellos?

Refugiados. Fríos y lluvias. 
Noches negras. Cero alimentos. 
Cien barreras. Miles… 
Miles de niños, pero… ni caso. 
Tristeza y rabia. Impotencia. 

Los canallas son “presuntos” 
mientras no haya una sentencia 
firme, pero las víctimas 
de esos canallas, son víctimas 
desde el minuto uno. 
Lamentable ¿No?

Empezar de nuevo una
situación ya vivida, es
como
disponerte a ver, ahora en
color, aquella película que
viste en blanco y negro.
Aunque conoces toda la 
trama, tienes la esperanza 
de que algo será diferente.

A todas las personas que 
os estáis enfrentando, con 
gran coraje, a esas células 
malditas que, en vuestro 
cuerpo, se creen invencibles, 
mi reconocimiento y mi ánimo.
Venceréis… 
Ya lo creo que venceréis!!!

Que lejos quedan los niños sin 
cena, las casas decentes sin luz, 
que lejos quedan los padres en 
paro, que lejos los desahucios 
la miseria. Que lejos quedan las 
soluciones y que cerca sentimos 
el egoísmo indecente de algunos.

Curso: Primero de Política.
-Apoltronarse no es bueno…
para el que no se apoltrona.
-Mangar no es rentable…
para el que no manga.
-Prevaricar puede acabar…
con aquel que no prevarica.

Hechizado, andaba yo, por las 
oscuras callejuelas que rodean 
la Catedral cuando “zass” el 
cielo se iluminó. Pensé en algo 
divino, pero, no... el neón del
McDonald’s quebró el hechizo.

La monja, con una cerveza 
en la mano y bailando sin 
cesar, levantó sus hábitos, 
hasta la cintura, y pude ver 
sus piernas peludas. Hay que 
ver cómo eres… Carnaval.

Un gramo de esperanza,
más un gramo de ilusión,
más un gramo de alegría,
más un gramo de amor,
pueden sumar una tonelada
de ganas de vivir.

Si supieras cuantas cosas 
puedes mejorar con una 
sonrisa, sonreirías más.
Por favor, sonríe más!!! 
Seguro que alguien 
te lo agradecerá.

Su sonrisa encubrió 
su terror secreto, 
su pena oculta, 
su llanto mudo. 
Hoy, no existe el terror, 
ni la pena, ni el llanto, 
ni la sonrisa… ni Ella.

Por más grande 
que sea mi vela, 
si tu viento no sopla, 
acabaré yendo 
a la deriva.


Agitas el pañuelo. 
¿Estás pidiendo ayuda? 
¿Te estás rindiendo? 
¿Estás diciendo adiós? 
Veo lágrimas en tus mejillas. 
A mí tampoco me gustan 
las despedidas.

En la coreografía de la 
vida, como en el tango, 
un fortuito traspiés 
puede hacerte perder 
lo que tenías bailado.

Os prometo, 
solemnemente, 
que cuando muera 
dejaré de hacerlo. 
Pero mientras tanto… 
dejadme soñar.

La mejor guerra, 
la que nunca empieza.
La mejor paz, 
la que nunca termina.
Que fácil sería. 
Que complicado es.

Mientras haya crisis…
Mientras haya paro…
Mientras haya hambre…
Más ricos serán unos.
Mucho más pobres,
serán los otros.

Siento que tu me mientes,
si no sientes lo que dices, 
cuando dices que lo sientes.

Puede ser que el mañana 
borre mis huellas, 
pero jamás podrá borrar 
el camino que anduve.

Dejé de mirar, 
tan solo unos segundos, 
mi maravilloso teléfono 
móvil y me pregunté: 
¿Es real el mundo 
que veo a través de él?

Tus lágrimas pueden ser,
fiel reflejo de una pena.
Pueden ser, también,
explosión de felicidad.
El sonreír, de tus labios,
esconde la diferencia.

Todos los túneles 
tienen una luz al final. 
El verdadero problema 
es la longitud del túnel. 
Los hay eternos.

A veces, de madrugada,
me pongo a mirar el cielo,
 y le explico a la luna,
en confianza,
cuanto y cuanto la quiero.

Sigue. No desfallezcas.  
Acabarás encontrando, 
tu anhelado sol. 
Los oscuros nubarrones 
nunca son eternos.

Si necesitas estrellas,
que te permitan soñar,
no busques en el Google.
Mira al cielo en la noche.